Hace un tiempo (aquí) Ricardo nos hablaba del problema para acceder a una tarjeta de 64 GB. Aparentemente se trataba de la capacidad... y su solución funcionaba.
Con la lenta expansión del windows 8 y el 10 han empezado a aclararse las aguas; no se trataba específicamente del tamaño de unidad sino del nuevo sistema de ficheros de Windows. Como en su momento con el ntfs es necesario instalar un controlador especial para potenciales USB, memorias o particiones creadas con su nuevo sistema -que supongo diseñado para direccionar más tamaño sin problema y aumentar la seguridad de los datos pero no lo sé, tampoco he profundizado en el tema-. Es decir, un viejo USB de 2 GB (si aún os sobrevive alguno por ahí) formateado en un equipo windows nuevo no se abrirà en linux. Ya conocéis su filosofia: La retrocompatibilidad es para débiles y evita que la gente se gaste dinero en maquinaria nueva, hay que eliminarla porque nuevo es mejor, por definición y sin analizar nada.
La solución, como ya nos explicaron, es extremadamente facil: por defecto nada más acabar la instalación hacemos:
... y arreando, ya no hay problemas.sudo apt-get install exfat-fuse exfat-utils
Pero éste será otro argumento contra nosotros y deberemos malgastar tiempo explicándolo.
Seguimos (en breve la segunda entrada de LVM)
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